Cómo trabajo. Parte I: Glosarios, mapas y más

Por Erika Wrede - mayo 17, 2020


Hoy vengo a contarles algo un poco más personal sobre mi experiencia como editora. La mayor parte de los libros con los que trabajé (y trabajo) son traducciones. En la mayoría de los casos, sobre todo si son libros con un lenguaje particular, como un fantasy, es necesario armar un glosario. Este glosario puede ser que ya lo haya armado quien tradujo el libro y se lo mande a la editorial para que yo lo use, aunque otras veces no sucede esto y tengo que armar mi propio glosario desde cero. Esta parte, si bien algo tediosa, me gusta mucho. Simplemente tengo que ir anotando toda palabra relevante que tenga que mantener sí o sí la misma traducción a lo largo del libro: nombres propios, sustantivos, adjetivos, etc. Todo lo que tenga un significado específico y haya que respetarlo siempre de la misma forma. En algunos libros simplemente hago una lista y cuando la termino, la ordeno alfabéticamente. En otros hay más complejidad o mucha cantidad de términos, por ejemplo en una saga, entonces agrupo diferentes categorías: personas, lugares, etc. Obviamente nada de todo esto es obligatorio, pero la complejidad de ciertas historias hacen casi imposible el trabajo de edición si no se tuvo la precaución de plantear un glosario desde el inicio, y me ha pasado de tener que reconstruir uno ya avanzada una historia porque encontraba incoherencias en una traducción, y bueno, no es nada amigable trabajar así.

Otro elemento con el que me gusta trabajar es con mapas. ¡Amo los mapas! No es que tenga que hacer un trabajo muy complejo, la mayoría de las veces ya me llega todo hecho desde la traducción, pero me encanta imprimirlos y anotar los nombres traducidos para tener una guía visual de lo que estoy leyendo. También es parte de mi trabajo cotejar todo con el original.
Desde que empecé a trabajar como editora, hace unos cinco años, mis métodos fueron variando. Al principio me imprimía unas fichas muy lindas donde anotaba todo lo relevante de un libro: personajes, hechos puntuales, cosas que tenía que chequear en la continuidad, edades, descripciones de los personajes. Esa fichita por supuesto en el 80% de los casos me quedaba súper corta. ¿Cómo iba a poner toda la información de un libro en un pedazo de papel de no más de 12x15 cm? Pero bueno, como primera idea estaba bien, y en algunos libros sin mayores complejidades con eso era suficiente. Después mudé todo a un cuaderno, donde básicamente hacía lo mismo pero con todas las hojas que quisiera para extenderme. Además podía usar resaltadores, lapiceras, post-it, lo que necesitara. Si bien cada tanto vuelvo al cuaderno, porque hay algo en el papel que me puede, la realidad es que hoy en día casi todo lo trabajo en digital. Los libros los corrijo en Word o PDF, y si bien cuando tenía más tiempo no me molestaba tardar todo lo que fuera necesario en reescribir cosas en un cuaderno, hoy en día con el ritmo de trabajo más acelerado que tengo me resulta casi imposible. En un Word simplemente copio y pego las cosas importantes, y listo. Incluso algunos glosarios los he tenido como archivos compartidos de Drive junto con la traductora, ya que trabajamos en una saga de 6 libros y título a título íbamos actualizando todo lo que aparecía. Imaginen si hubiera tenido todo en mi cuadernito, o mis fichitas. Bastante complicado, la verdad.

Un libro en el que me encantó trabajar, porque es de no ficción y tuve que hacer mucha investigación, fue Historia secreta del Mundo Mágico, de Patricio Tarantino (@ColeccionistaHarryPotter). Un libro que recopila lo que se les ocurra sobre el mundo de Harry Potter. No solo información de la autora (como mitos y verdades de lo que se compartía en la prensa por los 2000, anécdotas y demás), sino también todo lo que significó la franquicia: libros, películas, parques temáticos, videojuegos. Para este libro tuve que ir a las fuentes, y como fan de Harry Potter, bueno, se imaginarán que no lo sufrí en absoluto. Ahí sí que usé mi cuadernito, quizás por algo nostálgico, no lo sé, pero lo hice todo en papel. Chequeé todas las traducciones correctas no solo de los títulos (por ejemplo: que las mayúsculas estuvieran bien puestas donde correspondiera), sino también de cada elemento nombrado. Tengo mucho para contar de esta hermosa experiencia, aunque creo que se merece todo un post en particular, ¿no? Me encantaría saber si les interesa conocer más del proceso de este libro.

Bueno, esto es todo por hoy, si hay algo sobre lo que les gustaría saber, quisiera que me lo comenten, para tener en cuenta para próximos posteos. ¿Les gustó esta entrada? ¿Les interesa saber más sobre este tema?

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